sábado, 27 de marzo de 2010

La conducta antisocial

Existe una serie de manifestaciones de la agresividad a lo largo del desarrollo, que presentan la mayoría de los niños, niñas y adolescentes. El conocimiento de estas manifestaciones es importante para poder ponderar la conducta antisocial exhibida por un niño, niña o adolescente.

En general los varones muestran tasas mayores de agresiones directas que las mujeres, las cuales tienden a exhibir conductas de agresión indirecta. Esta diferencia comienza a vislumbrase hacia los tres años de edad y continua en la adolescencia y parece obedecer, en buena parte, a influencias socioculturales y biológicas. El trastorno disocial comúnmente inicia hacia el final de la infancia e inicio de la adolescencia, pero puede surgir tempranamente (hacia los cinco años de edad), siendo rara su aparición después de los dieciséis años.

La evidencia empírica señala la existencia de dos tipos fundamentales de trastorno disocial: el infrasocializado, de carácter eminentemente agresivo e inicio temprano, y el socializado, caracterizado por el rompimiento de normas, la comisión de actos antisociales en grupo y de aparición tardía. Ambos difieren en su curso y pronóstico y presumiblemente en sus factores de riesgo. Se espera que en el futuro la investigación sobre el desorden de conducta aborde estos dos tipos de trastorno disocial de manera separada, con el fin de desentrañar sus factores predisponentes, las características adicionales de los niños y adolescentes que los presentan y las opciones de tratamiento más adecuadas de acuerdo al caso.

La investigación muestra, además, que es muy probable que los niños que manifiestan un desorden de conducta de inicio infantil, sigan exhibiendo conductas antisociales cada vez más serias en su adolescencia y su adultez, configurando de esa manera un trastorno antisocial de la personalidad. Estos niños frecuentemente muestran al inicio de la adolescencia, conductas serias de trasgresión de las normas que los pueden involucrar con el aparato jurídico asistencial y pueden llegar incluso a formar parte de bandas organizadas.

Los estudios señalan que se pueden establecer los siguientes indicadores de pronóstico negativo en lo que a la conducta antisocial en la infancia y en la adolescencia se refiere: a) inicio precoz, b) la comisión de un delito al iniciar la adolescencia, c) la reincidencia negativa, y d) la extensión de la conducta antisocial.

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